Es evidente que con el paso del tiempo nuestro cuerpo cambia y con ello, nuestro aspecto externo, pero no por ello debemos sentirnos menos atractivas, menos femeninas, ya que si bien no puedes mantener la piel o el aspecto de una veinteañera, aprendes con el paso de los años a saber lo que no te sienta bien, los colores que más te favorecen, y lo que es más importante, aprendes a cuidarte por dentro y no sólo por fuera.
Aprendemos que alimentos nos hacen sentir bien, aunque no siempre lo tenemos en cuenta, pero lo sabemos, al igual que valoramos mucho más los minutos de alegría, los abrazos, los espacios para nosotras, en definitiva, el paso del tiempo nos enseña como combatir el estrés, que técnicas podemos utilizar en momentos críticos.
La fórmula de la juventud o la ciencia que evita el envejecimiento, ha hallado el nexo entre la dieta, la salud y la longevidad, Las sirtuinas han entrado ya en fase de ensayo clínico, pero todo ello no tendría el efecto esperado si internamente no buscas tu equilibrio, tu paz y tu felicidad, y lo cierto es que las cosas que de verdad importan, están a tu alrededor y en tu interior.
Ángeles Tejada. Directora General Public Affairs – RANDSTAD