Salud de Mujer Magazine

Carta abierta de médicos acupuntores

Las medicinas complementarias están sufriendo un acoso sin precedentes en nuestro país.

Desde hace unos meses, una campaña mediática, hábilmente orquestada se ha encargado de desprestigiarlas. La guinda del pastel la ha puesto el gobierno con la presentación del “Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias“, que no se ha creado para regular la docencia y la praxis de estas disciplinas, sino para eliminarlas – de raíz- de Universidades y centros sanitarios.

Defender al paciente y protegerlo de la práctica fraudulenta nos interesa a todos. En nuestro país, una regulación basada en el estudio en profundidad de la eficacia de cada terapia, la evaluación de sus efectos secundarios, sus posibles interacciones con el tratamiento convencional y definición del profesional que debe ejercerla, es necesaria. Este es el camino por el que, hace años, países como Estados Unidos, Canadá, Brasil, Suiza, Francia, Portugal o Reino Unido han apostado. Hay que puntualizar que, muchos centros sanitarios del Estado español ofrecen la Acupuntura dentro de su cartera de servicios.

Un sistema de salud de calidad es aquel que pone, a disposición del paciente, todo el saber válido del que disponemos, integrándolo con la medicina convencional, aplicándolo con rigurosidad y siguiendo el código deontológico. Ante la alta demanda social de terapias complementarias, dar la espalda, a enfermos y a profesionales, nos hace dar un paso atrás como país, vulnerando los derechos del paciente y la libertad de ejercicio de las profesiones sanitarias.

Expulsar las terapias complementarias del sistema sanitario es peligroso y, prohibirlas, supondría abocarlas a la clandestinidad.

Desde los años 80, los organismos médicos internacionales, han llamado medicinas complementarias o alternativas (CAM), a aquellos procedimientos terapéuticos que pudieran tener un efecto beneficioso para el paciente. Actualmente, a causa del incremento de profesionales sanitarios que están formados en alguna de estas terapias complementarias, se está migrando al término de medicina integrativa. Es mucho más acertado.

Medicina, solo hay una, la que se practica de manera regulada y evaluada dentro del sistema sanitario.
Integrar todo el conocimiento del que disponemos, con rigor y bajo criterio médico, nos permitiría ofrecer una medicina basada en la excelencia.

La medicina es “el arte de curar” al que se ha incorporado el método científico, pero, que sigue, en su esencia, el método hipocrático de primo non noccere.

Actualmente, un tratamiento eficaz debe cumplir los requisitos de la Medicina Basada en la
Evidencia. No obstante, el concepto de “evidencia”, es dinámico y variable. Hay muchos grados de evidencia y, es muy razonable, que se exija un alto nivel, en tratamientos con grandes efectos secundarios.

Actualmente, la Medicina Basada en la Evidencia es hegemónica, casi intocable, pero, puede ser un arma de doble filo, por lo que se debe hacer una interpretación racional de sus guías; mal entendida, nos puede nublar el juicio clínico.

Si a los médicos, solo nos permitieran prescribir tratamientos con un alto nivel de evidencia científica, se nos reducirían mucho las opciones terapéuticas. Quizás necesitemos más “evidencia basada en la medicina”.

La OMS avala la Acupuntura y es patrimonio inmaterial de la UNESCO. Podemos encontrar
publicados casi 30.000 artículos en revistas médicas indexadas de diferentes especialidades. Muchos estudios revelan la evidencia y la eficacia de la Acupuntura frente al dolor, en el campo de la traumatología, neurología y reumatología (lumbalgias, migrañas o artrosis), en la fertilidad, en el tratamiento del estrés, la ansiedad y el insomnio, así como, su efecto paliativo, en los efectos indeseables de la quimioterapia, mejorando la adherencia del paciente al tratamiento oncológico convencional. En el caso del dolor crónico, la evidencia, es especialmente alta.

Hay que destacar el papel de la Acupuntura en la patología funcional, muy prevalente en las consultas, donde, la mayor parte de tratamientos convencionales, tienen una baja o nula evidencia y eficacia, y múltiples efectos secundarios.

Es cierto que, en otras patologías, se precisan más estudios, pero, muchos de los publicados hasta el momento, nos muestran resultados alentadores. Y en ello estamos las asociaciones de médicos acupuntores españolas e internacionales.

Para seguir avanzando, se requieren estudios clínicos bien diseñados, financiación y pacientes. Suprimir la enseñanza de la Acupuntura en las Universidades y, pretender apartarla del sistema sanitario, no es de gran ayuda para cumplir esos objetivos.

Instituciones, como la Harvard Medical School (considerada la mejor Universidad del mundo), no solo han apostado por la formación en Acupuntura, sino también por integrarla dentro de la cartera de servicios de sus hospitales asociados. Y no es un caso aislado. Alemania, Reino Unido o Suiza son ejemplos inspiradores de una medicina integrativa (en la cual la Acupuntura tiene un papel destacado). Y el motivo es que la consideran un tratamiento complementario poco invasivo y eficaz, que permite ahorrar en fármacos o intervenciones más agresivas, contribuyendo así a mantener un sistema de salud sostenible.

La Acupuntura, sin lugar a duda, enriquece nuestro arsenal terapéutico.

Se debe legislar desde un conocimiento profundo y un asesoramiento fiable, escuchando las
demandas sociales, respetando las libertades y tomando ejemplo de otros sistemas sanitarios de primer nivel.
Incorporar la Acupuntura dentro del sistema sanitario español, mediante una regulación seria,
segura, rigurosa y libre de prejuicio supone un gran avance en la promoción de la salud.

Quiénes somos:

Este escrito lo firmamos un grupo de médicos fundadores y miembros de la Sección Colegial de Médicos Acupuntores del Colegio de Médicos de Barcelona. Actualmente formamos parte del Área de Acupuntura que depende de la Sección Colegial de Médicos de Tratamientos Complementarios.
Contamos con más de treinta años de historia y somos médicos de distintas especialidades médicas que hemos incorporado la acupuntura en nuestra práctica habitual.

En su trayectoria, la sección ha tenido una visión de velar por el rigor en la docencia de la acupuntura médica, creando postgrados y másteres universitarios, organizando y participando en congresos, siempre buscando el rigor y la excelencia.
Además, muchos de nosotros, también formamos parte de la Societat Científica d’Acupuntura de Catalunya i Balears, con un largo recorrido en la divulgación rigurosa de la acupuntura, siendo un referente actual en todo el estado español por sus trabajos de revisión de la evidencia científica en acupuntura.

FIRMADO NÚMERO DE COLEGIADO
Esther Martínez García 37.747
Isabel Giralt Sampedro 17.622
Margarita de Legórburu 21.939
Magdalena Mercadal 10.976
José Ferrer 38.933
José Antonio Roquet Silva 19.490
Carmen Martorell Sabater 24.891
Gilda Carvajal 44.039
Albert Garcia i Janeras 9.536
Marta Coderch Arís 39.358
Anna Fabà Ollé 41.030
Carmen Lisbona Roquer 19.705
Maite Fuertes 11.908
Cristina Domingo 28.066
Yolanda Fernández 34.850
Juan Muñoz Ortego 40.776
Blanca Sarasá 30.471
Erika Jiménez Güeto 31.436
Laura Rodríguez Gaspà 31.309
Mar González Martí 38.392
Irina María Janota Fuente 48.619
Anna Dalmau Roig 52.466
Betina Nishishinya 39.179
Elodia Alemany Masià Balears 07-08-32.501
Carmen Ioana Jarca 39.259
Josep Armengol Santacreu 25.500
Virginia Vázquez Ortega 35.740
Judith Palacios Ramos Bilbao 48/4810383
Cristina Bárzano Julvez 37.141
Anna Besa Beringues 36.710
Mar Boada Rosell 35.382
Gerytza Chagas de Alcantara 44.408
David Miramanda Martínez 36.590
Xavier Gual Coca 32.634
Àlex Serra Vázquez 30.688
Ramón Rey Santos 35.917

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