Las cicatrices interferentes se llaman así porque crean el llamado campo interferente que bloquea el flujo energético en una determinada zona del cuerpo. Estos campos interferentes van a manifestarse en forma de trastornos de salud a veces sorprendentes, porque no siempre están cerca del síntoma que provocan. Además, los síntomas son de lo más variado y responden mal a los tratamientos clásicos. Pero no solamente las cicatrices son responsables de los bloqueos energéticos, también lo pueden ser una vieja fractura e incluso una pieza dental con algún problema.
El primer campo interferente fue descubierto por, el Dr. Ferdinand Huneke, en 1940, cuando tras inyectar localmente con procaína una vieja cicatriz de osteomielitis en la tibia, hizo desaparecer una periartritis escápulo-humeral, es decir, ¡una afección en el brazo!
Barrera Celular
Un campo interferente produce despolarización de la membrana celular, no dejando pasar la información necesaria para mantener la función normal de las células, tejidos y órganos. Incluso cuando éstos se encuentran lejos del campo interferente.
Otra característica de una cicatriz interferente es que el potencial eléctrico de la cicatriz y de la piel circundante es diferente. Fa en 1968, los doctores Stacher y Bergsmann hicieron mediciones eléctricas en diferentes cicatrices y encontraron que si una cicatriz no creaba un campo interferente, no había diferencias en las cargas eléctricas de la piel de la cicatriz respecto a otros puntos de la piel circundante. La carga iba desde los 100 kohm (ohm es la medida de resistencia eléctrica) hasta los 50 kohm. Sin embargo, cuando la cicatriz resultaba interferente las diferencias podían llegar a ser de más de 1.000 kohm. Después del tratamiento con procaína, esas diferencias tan grandes desaparecían.
La falta de sensibilidad o la hipersensibilidad de la gran mayoría de las cicatrices interferentes desaparece tras ser tratadas.
“Fenómeno en segundos”
Tras la inyección de procaína en el campo interferente ocurre el llamado “Fenómeno en segundos”, ya que se produce una mejoría instantánea de los síntomas puesto que desaparece el bloqueo energético. Queda demostrado así que era un campo de interferencia. Puede suceder que las molestias duren aún unas horas pero en posteriores tratamientos del campo los síntomas son cada vez más débiles, hasta llegar a desaparecer. El cuerpo humano es capaz de autocurarse con los tratamientos adecuados. La Terapia Neural es un proceso de regulación y de restablecimiento energético que nació en 1925 de la mano de los hermanos Huneke. Esta terapia se basa en la inyección de procaína, que actúa como repolarizador, es decir, que vuelve a la normalidad esa zona de interferencia del impulso eléctrico, con lo que se resuelve el problema. Es también una técnica interesante para dolores crónicos que afectan a la columna vertebral, articulaciones, dolores de cabeza, neuralgias, e incluso, para dolores de un origen más funcional, como el dolor abdominal por acumulación de gases, el estreñimiento, la dismenorrea etc. Todas ellas dolencias que muchas veces mejoran de manera llamativa al tratar el campo interferente. Por último, la medicina homeopática, a través de compuestos como el Graphites Homaccord, el Calcium Fluoratum y la Staphysagria, aportan también una solución para las cicatrices. Incluso para las que se convierten en queloides muy antiestéticos. Al ser tratados con Terapia Neural estos queloides se aplanan, se colorean normalmente, recuperan la sensibilidad y van desapareciendo con tratamientos repetitivos.
Algunas interferencias energéticas frecuentes son:
• Cicatrices en rodillas: limitan movimientos o al carecer de sensibilidad, no permiten arrodillarse al paciente.
• Cicatrices hipersensibles o creadoras de sensación de descarga eléctrica, que se normalizan al tratarlas.
• Cicatrices de cesáreas: además de recuperar la sensibilidad, se reduce la grasa tipo faldón que se había depositado sobre la cicatriz.
• Cicatrices de intervenciones de estética: como por ejemplo las blefaroplastias, que al retraerse la cicatriz no permiten cerrar los párpados totalmente y que al ser tratadas con Terapia Neural recuperan la elasticidad suficiente para poder cerrar los ojos por completo.
• Cicatrices en las piernas de deportistas por intervenciones quirúrgicas: hacen que el atleta sufra lesiones repetitivas (roturas fibrilares, contracturas musculares, etc.) Al ser tratadas las cicatrices no se vuelven a lesionar y desaparecen los calambres musculares.
Escrito por Peggy Badia para dDermis magazine
Diplomada en Enfermeria. Col. nº 21.995
Terapia Neural Meso-Homeopática (TNMH)
Mesoterapia (facial y corporal) y Terapia Neural convencional
y aplicada a la Odontología.
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