“Una Europa que utilice eficazmente los recursos”. Esta es una de las siete iniciativas de la estrategia Europa 2020, con el objetivo de generar un crecimiento inteligente y sostenible. O lo que se denomina como “economía circular”.
El 2 de diciembre de 2015, la Comisión Europea presentó un paquete de medidas enfocadas a la economía circular, que actualmente es una prioridad en las políticas de la Unión Europea. Pero ¿en qué consiste?
La economía circular parte de la idea de que es insostenible seguir el modelo económico actual, que está agotando los recursos naturales. Pretende apoyar el cambio hacia una economía más eficiente en recursos y de baja emisión de carbono. Pero que sea al mismo tiempo rentable, y capaz de generar crecimiento y producción de empleo.
Para ello, una de las claves es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía…) se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, y reducir al mínimo la generación de residuos. Pero hay muchas otras directrices.
¿Cómo funciona la economía circular?
La economía circular se basa en varios principios:
- La eco-concepción: considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción.
- La ecología industrial y territorial: establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio con gestión optimizada de los stocksy de los flujos de materiales, energía y servicios.
- La economía de la “funcionalidad”: privilegiar el uso frente a la posesión, la venta de un servicio frente a un bien.
- El segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no se corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores.
- La reutilización: reutilizar ciertos residuos o partes de los mismos, para la elaboración de nuevos productos.
- La reparación: encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
- El reciclaje: aprovechar los materiales que se encuentran en los residuos.
- La valorización: aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.
Beneficios de la economía circular
Cada año, en Europa, se utilizan un promedio de 16 toneladas de materiales por persona para mover nuestra economía. Y además, alrededor de 6 toneladas por persona se convierten en residuos. Casi la mitad de los residuos generados terminan en vertederos. En una economía circular los residuos entran de nuevo en el ciclo de producción como materias primas secundarias. En definitiva, los residuos se convierten en la principal fuente de materia prima fiable.
El desarrollo de la economía circular debería ayudar a disminuir el uso de los recursos, a reducir la producción de residuos y a limitar el consumo de energía. Además de los beneficios ambientales, esta actividad emergente quiere crear riqueza y empleo. Y es que uno de los beneficios del Plan de Acción de Economía Circular de la Comisión Europea -en caso de aplicarse todas las medidas de dicho Plan- serían, por ejemplo:
- la creación de 170.000 puestos de trabajo directos en el sector de la gestión de residuos hasta 2035
- ahorros de hasta 600.000 millones de euros, lo que presenta un 8% de la cifra de negocios de la UE
- mejora de la competitividad y la seguridad en el suministro de materias primas
- reducción en 500 millones de toneladas la cifra de gases de efecto invernadero (GEI)
Es decir, que sea no sólo un cambio de modelo más sostenible, sino también rentable.
Economía circular en España
En Europa existe un paquete de medidas destinadas al fomento e implantación de la economía circular para 2020. En ese año, los países deberían ser capaces de arrojar solo el 10% de sus residuos a los vertederos. España está actualmente en el 50%.
Con el fin de impulsar la transición hacia la economía circular, el Gobierno de España está elaborando la Estrategia Española de Economía Circular, bajo la coordinación y liderazgo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, en colaboración con el resto de ministerios implicados, las comunidades autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias.
En España, desde 2008, la productividad del consumo nacional de materiales ha subido un 85%. La energía consumida entre 2000 y 2013 en relación a nuestro PIB ha descendido un 20%. Y la generación de residuos se vio reducida un 31,8%. Son datos que podemos considerar positivos, aunque aún queda mucho camino por recorrer.
Pacto por una Economía Circular
En España, una de las iniciativas para impulsar este cambio de modelo es la Fundación para la Economía Circular (FEC), que ha firmado recientemente el Pacto por una Economía Circular que impulsan el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Junto con otros 54 agentes sociales y empresariales, la FEC se ha comprometido a reducir el uso de recursos no renovables, impulsar el análisis del ciclo de vida de los productos o fomentar el uso de infraestructuras y servicios digitales, entre otras medidas.
A fecha de 5 de diciembre de este año, más de 180 empresas y entidades tanto públicas como privadas se han adherido al pacto. Hasta el 31 de diciembre está abierto el plazo para que más entes puedan firmar el compromiso.
Y es que, igual que en el resto de países de la UE, en España este nuevo modelo de producción y consumo puede resolver determinados retos ambientales. Y, al mismo tiempo, abrir oportunidades de negocio y crecimiento económico.
Podemos conocer más información desde la Unión Europea en este enlace, donde además encontraremos directivas y normativas de referencia.
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