¿Hablas contigo misma a menudo? ¿Qué grado de autoconciencia posees sobre ti misma?… No parecen preguntas muy usuales que una se haga por la mañana frente al espejo ¿Verdad?
Hoy os quiero hablar de la autoconciencia que tenemos las mujeres de nosotras mismas… entendida ésta como “autoconocimiento”. Estoy casi segura que parte de nuestras “barreras”, “techos” y “frenos” radica en su origen, en una pésima conversación intrapersonal, cada una de nosotras consigo misma, en un juego de interpelación constante entre pensamientos y emociones, entre lo que realmente deseamos hacer y lo que al final hacemos.
Ya lo decía LAO TSE “Aquel que conoce a los demás es inteligente. El que se conoce a sí mismo es sabio” Os invito a conoceros mejor, porque sé que alcanzaréis una sabiduría que os hará más poderosas para hacer frente a los retos que se os presenten y quizás, encontrar una felicidad, por qué no, sostenible.
El camino hacia la autoconciencia.
Una buena forma de empezar a profundizar en el conocimiento de una misma es tomando conciencia de su situación. “Ser conscientes” sería algo así como hacer un balance “emocional” de tu estado actual y para ello hay una técnica infalible, hacerse preguntas por ejemplo, sobre cosas tan importantes y a la vez, tan aparentemente sencillas de preguntase ¿Me siento bien conmigo misma? ¿Soy feliz con la vida que llevo? ¿Estoy satisfecha de mi relación con los demás…?
Para quiénes no estáis familiarizas con este concepto, la autoconciencia significa, reconocer y entender las propias emociones en el momento en el que aparecen, saber cómo podemos reaccionar en las distintas situaciones que nos rodean, saber qué nos motiva y satisface y por el contrario, qué personas o situaciones nos desagradan. Es tener claros nuestros valores, principios, puntos fuertes y esas otras áreas de nosotras mismas que requieren mejorar.
La autoconciencia está estrechamente ligada al lenguaje, a las palabras que escogemos en apariencia de forma espontánea, para describir cómo nos sentimos, pero que guardan un significado inconsciente que se hace presente al escribirlas, verbalizarlas, compartirlas…Por ello es muy saludable realizar ese “balance emocional” por escrito, plasmar en un papel en blanco tu juego intrapersonal.
Escribir…
Decía Jean-Luc Velay, investigador de la Universidad del Mediterráneo de Marsella (Francia) coautor de un estudio sobre la importancia de recuperar la escritura manuscrita para mantener en forma al cerebro: “La escritura a mano implica una actividad neuronal más intensa, ya que cuando alguien escribe obliga al cerebro a enfocarse en lo que desea y a crear imágenes mentales. Eso le ayuda a familiarizarse con lo que se desea y en consecuencia a lograrlo”
Escribir nos ayuda a concentrarnos y a prestar atención. ¿Será cierto entonces que “Quién lo escribe lo consigue”…?
¡Escribe, y hazlo en papel! Habla contigo y aprende a conocerte mejor
A veces pienso que las mujeres estamos demasiado distraídas en cuestiones que nos alejan de este imprescindible ejercicio de autoconciencia sobre nosotras mismas, y como colectivo que comparte inquietudes, formas de entender el mundo e interpretar la realidad, desde una mirada femenina, pero también, i desgraciadamente, injusticias provocadas por una larga lista de desigualdades que nos tocan de cerca y que están impidiendo nuestro desarrollo como individuas, como sujetos pensantes en este mundo. Hay que encontrar ese tiempo valiosísimo para ejercitar el juego interior con nosotras mismas.
Os daré una pista, de por dónde empezar. Un ejercicio de autoconciencia sencillo, para saber dónde estás, como una brújula que indica tu ubicación aproximada y a partir de aquí, que cada una siga y vaya más allá.
Analiza las distintas áreas de tu vida y puntúa en la rueda, del uno al diez, cada uno de los aspectos de tu vida, según el grado de satisfacción actual.
Y para acabar cuatro acuerdos a los que deberíamos llegar cada uno consigo misma y entre nosotras, las mujeres para seguir avanzando.
- 1.-No supongamos…ni demos nada por hecho. Si hay dudas, aclarémoslas.
- 2.-Honremos nuestras palabras. Hay que ser coherentes con lo que pensamos y con lo que hacemos.
- 3.-Hagamos siempre lo mejor. Esto implica esfuerzo, que es preferible al arrepentimiento y la mala conciencia de no haber hecho “lo que sea que fuese” lo mejor posible.
- 4.-No nos tomemos nada como personal. En la medida en la que “alguien” o algunos “alguien” nos quieren perjudicar, en realidad se agravian a sí mismos y el problema lo tienen ellos y no nosotras.
Y recordad… “Establecer metas es el primer paso para transformar lo invisible en visible” Tony Robbins.
Escrito por MF.
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