El cáncer de mama desde la dermatología. Hasta hace pocos años, lo único importante en torno a un paciente con cáncer era salvar su existencia: utilizar tratamientos eficaces, aunque los efectos secundarios empeorasen su calidad de vida hasta extremos insospechados.
Pero el mundo de la salud y la enfermedad ha cambiado: los medicamentos son más específicos y con menos riesgos, consiguiendo una gran supervivencia en la mayoría de los casos.
¿Y los médicos? También hemos cambiado. La actitud actual es de acompañamiento no solo en la curación, sino también en la tarea de conseguir que el camino hacia ella sea mucho más llevadero.
Piel, pelo y uñas son las principales dianas sobre las que actuar, tanto desde los primeros momentos del diagnóstico como en las fases posteriores de recuperación tras el o debe hacerse con glucocorticoides tópicos de baja potencia, si bien su uso debe ser limitado debido a los efectos secundarios, como adelgazamiento de la piel y alteración de la barrera cutánea.
Efectos sobre el pelo
Desde la alopecia hasta la alteración de la textura, pasando por la pérdida de color y de densidad… Todo esto puede ocurrir debido a los tratamientos quimioterápicos, dependiendo del producto utilizado, de la dosis y duración. La alopecia se considera uno de los aspectos más traumáticos del cuidado del paciente con cáncer. Afecta negativamente a la imagen corporal, sexualidad y autoestima. Además, los pacientes sienten que pierden su privacidad ya que este tipo de alopecia es interpretada rápidamente por el resto de las personas de que está causada por el padecimiento de un cáncer.
La alopecia Inducida por Quimioterapia se define como un efluvio anágeno distrófico, de patrón difuso, aunque algunos autores han identificado casos con patrón de caída en parches y con diferencias entre hombres y mujeres. Se trata del efecto más frecuente (más del 65% de los casos). Se inicia a las 1-8 semanas, es completa 1-2 meses tras iniciar el tratamiento y puede ir acompañada o no (50% casos) de otros síntomas (dolor 15,6%, prurito 12%, ambos 11%).
Es reversible con crecimiento a los 3-6 meses tras finalizar el tratamiento, aunque puede prolongarse en el tiempo y, raramente, ser permanente. El manejo comprende estrategias de anticipación, con apoyo psicológico.
En cuanto a medidas de prevención, se debate si existe riesgo de metástasis por el enfriamiento en cuero cabelludo durante la terapia, como algunos han propuesto. El paciente se ha de proteger contra el frío y el sol mediante el empleo de gorros, pañuelos o pelucas.
Escrito por Dra. Aurora Guerra para dDermis Magazine
Jefa de Sección y Profesora Titular de Dermatología. Hospital 12 de octubre y Departamento de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. España.
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