Entrevistamos a Dr. Eduardo Nagore, dermatólogo, Jefe Clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología).
Eje de la invetigación en la prevención del melanoma
Dr. Eduardo Nagore lleva años investigando internacionalmente sobre los efectos del sol sobre la piel y sobre los melanomas y en esta entrevista a dDermis nos despeja dudas y mitos comunes, y nos da consejos prácticos para protegernos del “astro rey”.
Se suele decir que el sol no es el de antes… ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
Hay una parte de verdad porque es cierto que hay un calentamiento global progresivo del planeta durante el último siglo.
Sin embargo, los cambios son tan lentos que la percepción a la que hace referencia la afirmación tiene un carácter claramente subjetivo. El sol no quema más que hace 50 años.
Cada uno de nosotros podemos tener esa sensación porque de un año a otro nos olvidamos del calor que hacía el año anterior y porque con la edad la piel pierde un poco la capacidad de protección frente al sol.
En definitiva, que las medidas de protección recomendadas no han cambiado en los últimos años.
Protección solar y necesidad de Vitamina D… ¿Cómo lo combinamos?
Es difícil, sobre todo para quienes tienen una piel extremadamente sensible. Para el resto, hay que tratar de buscar exposiciones moderadas al sol y tratar de enriquecer nuestra dieta con alimentos ricos en vitamina D como el bacalao, los huevos, los productos lácteos (sobre todo los que vienen enriquecidos con vitamina D).
En cualquier caso, en nuestro medio es frecuente encontrar niveles de vitamina D inadecuados con relativa frecuencia. Si tenemos la piel oscura y nos exponemos poco al sol a lo largo del año no sería descabellado hacerse un análisis para conocer los niveles y tomar suplementos si éstos son inadecuados.
¿Qué es lo básico que hay que saber para elegir un buen protector solar?
Primero, saber que se debe seleccionar un factor de protección adecuado. Este debe ser de al menos 20. Las pieles más sensibles, con facilidad para quemarse o con múltiples nevus (lunares), deberían utilizar de 50+.
En segundo lugar, existen protectores solares con diferentes presentaciones adecuadas para cada tipo de piel y de situación. Es por ello importante saber si uno es de piel grasa para evitar excipientes excesivamente grasos, o si se va a realizar una actividad al aire libre.
Finalmente, cualquier protector solar de venta en farmacias cumple con todas las garantías para cumplir su función siempre y cuando se apliquen de forma adecuada. Es posible que haya pequeñas diferencias entre unos y otros, pero no hay estudios que demuestren de forma real que esto es así.
¿Cuáles son las novedades y/o la última tecnología en cremas solares?
Cada año hay nuevos productos que modifican la galénica (la forma de preparar y presentar el producto) y que han permitido disponer de una amplia variedad de productos adecuados para cada actividad.
Ahora existen productos muy útiles para la práctica de deporte al aire libre, incluso lo que incluyen el baño. La cosmética se ha mejorado enormemente con productos menos grasos e invisibles, muy fáciles de aplicar.
¿Realmente hay diferencias entre los protectores corporales y los faciales? ¿Vale la pena adquirir ambos productos?
La presentación del producto es diferente. Aparte de la ventaja que puede aportar un protector para la cara que, además, tenga color y haga función de maquillaje, no veo por qué se deba adquirir ambos productos si su única función es la de proteger la piel.
¿Qué es la “pantalla total”?
Un término que puede dar lugar a equívoco y que es preferible no usar. Todos los productos filtran la radiación ultravioleta que llega a la piel.
La capacidad de filtración la marca el factor de protección que pone el envase del producto, pero en ningún caso hace un efecto de ‘espejo’ que refleje todos los rayos.
Para los niños se recomienda la protección con filtros “físicos”. ¿En qué consiste?
Son productos que tienen por ejemplo óxido de titanio, entre otros, que tienen una peor cosmética pero que tienen una mayor capacidad de reflejar la radiación que llega a la piel y por lo tanto más capacidad de proteger. Dado que la infancia es el periodo en el que la piel es más vulnerable, se debe tratar de utilizar productos que contengan estos filtros físicos.
En cualquier caso, debido a la piel tan sensible y su capacidad de absorción elevada, no se deben aplicar a niños menores de 6 meses, a quienes lo correcto es evitar al máximo la exposición directa durante periodos prolongados.
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