Entrevista Dr. José Luis Neyro. Licenciado y Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco. Especialista en Ginecología y Obstetricia, ejerce en el Hospital Universitario Cruces en Bilbao. También es Especialista en Medicina del Trabajo y de Empresa. Colaborador habitual en medios de comunicación, interactúa activamente en su blog personal. Además, es Miembro del Comité Editorial y del Comité de Expertos de publicaciones científicas de la especialidad y ciencias afines, Andrología, Reproducción humana, Fertilidad-Esterilidad, Endocrinología Ginecológica, Osteoporosis. Ha sido el Presidente del XII Congreso de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) en Bilbao.
Con su larga trayectoria profesional como experto en medicina de la mujer, ¿cree que hay mayor concienciación por parte de los profesionales del sector sanitario, de la importancia de su implicación para desmitificar la menopausia?
No, lamentablemente no lo creo en absoluto; no se informa a las mujeres sobre los cambios físicos e incluso psicológicos que se avecinan para evitar sustos, contratiempos y pérdidas de autoestima… Se sigue prolongando la idea de menopausia como el final de algo cuando en realidad es solo el comienzo de una nueva vida, mucho más fructífera para la mujer en base a su acumulada experiencia.
Socialmente se penaliza a la mujer por dejar de tener la regla, en una falsa idea de senilidad o de final, cuando lo único que se detiene son las reglas, pero no así ni la vida ni la femineidad, por supuesto.
En su opinión, ¿cuáles son los grandes mitos de la menopausia?
Precisamente que con la pérdida de la regla, se pierde femineidad y se pierde la condición femenina. No es cierto en absoluto; se pierden la regla, cierto. Pero ni la condición femenina ni la femineidad que no están ligados solo a un hecho físico sino a muchas más circunstancias de todo tipo. Sería bueno escuchar en este sentido algo que colgamos en su día en mi propio blog, allí desgranamos los errores históricos por los que ha pasado, por ignorancia de los tiempos ancestrales, la condición de la menopausia.
¿Cómo se puede fomentar el diálogo entre los profesionales sanitarios y las mujeres para eliminar la falta de información acerca de la menopausia rompiendo tabúes y estereotipos?
Fundamentalmente con información abierta y transparente en todos los ámbitos; ello exige una adecuada preparación de los profesionales médicos y ginecólogos específicamente y por parte de las usuarias, de las mujeres, un acceso sencillo y cómodo a la información a través, por qué no decirlo, de canales de divulgación como esta revista, el congreso de 360º y de webs y blogs que hablen sincera pero sencillamente de los cambios del organismo femenino y de su forma de aceptarlos y adaptarse a ellos.
Muchas mujeres sólo acuden al ginecólogo si toman anticonceptivos o cuando están embarazadas. La desinformación les lleva a pensar que no es necesario acudir al especialista tras la menopausia. ¿Con qué frecuencia deberían visitar a su ginecólogo las mujeres posmenopáusicas y qué tipo de pruebas es conveniente que se realicen?
Si no disponen de información al respecto, aunque solo sea para lograrla, unos años antes de su llegada para estar preparada. Por supuesto, cuando tengan cualquier problema como dolores no explicados, bultos aquí o allá o cambios en el patrón menstrual; en general, cuando se produzcan circunstancias que alteren o modifiquen a la baja la calidad de vida previa que le propia mujer tenía.
Para otras mujeres, la revisión anual es mandatoria y en esos casos suele ser una buena idea mantenerla máxime en estos años de cambios.
¿Cómo afecta el descenso de estrógenos en las mujeres?
En un 20% de casos el descenso pasa totalmente desapercibido y no le ocasiona trastorno alguno. En el 80% de casos restante, las mujeres sufren las consecuencias más notorias, aunque solo a la mitad les ocasiona pérdida o alteración de la calidad de vida.
Los principales síntomas suelen ser: sofocaciones u oleadas de calor inexplicables por la temperatura ambiente, nerviosismo, irritabilidad, susceptibilidad, insomnio temprano o mediano o tardío, sequedad vaginal, disminución de su libido, dolor en la penetración o verdadera imposibilidad de coito, calambres en manos o pies, palpitaciones, mareos, sensación de inestabilidad, tendencia al llanto o a la melancolía inexplicables por los acontecimientos normales de la vida… Y así hasta 150 síntomas diferentes en diferentes grados…
¿Existe relación entre depresión y climaterio?
No se ha demostrado con evidencia científica de primer nivel. Lo que si se ha comprobado es una tendencia a la inestabilidad emocional con facilidad para el llanto o la melancolía ante acontecimientos ordinarios de la vida.
Está directamente relacionado con la susceptibilidad individual ante el descenso de los asteroides ováricos, los estrógenos, y las posibilidades de compensación de todo tipo que la mujer tenga o pueda desarrollar (adecuada comunicación con su pareja, ejercicio deportivo, realización personal a través de un trabajo creativo, experiencias positivas de amistad, etc…)
Durante la menopausia, el deseo sexual de la mujer decae y puede afectar a su relación de pareja y a su valía como mujer. ¿Cómo se puede afrontar la sexualidad durante la menopausia?
Probablemente y para empezar cambiando el paradigma de que el sexo es lo mismo que el coito; ¡no es así! El ejercicio de la sexualidad es más un juego de adultos entre dos personas que se comunican a través de su cuerpo, de la interacción de sus cuerpos, estén como estén y hayan llegado a donde haya sido.
Además, contando con una pareja comprensiva y tierna que entienda el cambio que supone modificar cantidad por calidad; no son necesarios varios orgasmos sino una comunicación mutuamente enriquecedora, que a veces, pero no de forma obligada y regulada, llevará a un orgasmo o dos si acaso, porqué no. Pero sin las ataduras del tiempo, de la postura preconcebida, del lugar mítico, de la forma prefijada.
Imaginación es el término buscado, ¡comunicación es la consecuencia conseguida!
Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), “hasta un 70% de las mujeres en edad menopáusica pueden padecer osteoporosis”.¿A qué es debido? ¿Cómo se puede detectar la pérdida de masa ósea de nuestro cuerpo?
La masa ósea depende, también, de los niveles de estrógenos circulantes. Al descender se pierden mucha masa ósea, mucho calcio de los huesos sobre todo en los primeros cinco a seis años tras la menopausia y en los previos a ella de manera silente.
Lo importante no es hacer una osteoporosis que consideramos un factor de riesgo, sino que ello condiciona un elevado riesgo de fracturas de bajo impacto, por caídas tontas desde la propia altura; estamos entrando aquí en el terreno de la patología y de ello nos ocupamos los ginecólogos con nuestra tareas de prevención.
¿Qué retos son más importantes en la actualidad en torno a la atención sanitaria a la mujer en el climaterio? ¿Y en lo que se refiere a la osteoporosis?
El primero y fundamental es tratar de evitar en lo posible medicalizar la vida y con ello considerar que la menopausia es una enfermedad; ¡en modo alguno! Lo patológico es tener ese síndrome climatérico que llamamos y que describimos más arriba; eso debe ser evitado con la suficiente información y con el tratamiento individualizado y ajustado a cada caso a cada mujer.
En lo que se refiere a la osteoporosis por otro lado, procurando una dieta adecuada a cada estilo de vida, con el calcio suficiente y con el ejercicio adaptado a cada edad que permita minimizar la pérdida de masa ósea. Por supuesto, también, midiendo esta masa mediante densitometrías que nos permitan actuar tempranamente en cuanto sea preciso.
¿Qué es el tratamiento hormonal para la menopausia (MHT)? Qué beneficios y riesgos conlleva este tipo de tratamiento?
Se trata de suplementar con las mismas hormonas naturales que segregaban los ovarios a todas aquellas mujeres cuya sintomatología ha causado una pérdida de la calidad de vida en estos años del climaterio.
Debe ser individualizado y ajustado a cada caso, a cada necesidad… No hay aquí “café para todas” en modo alguno. Si se hace así, con los controles adecuado y las dosis precisas, el cúmulo de ventajas es inconmensurable y supera de largo los escasos inconvenientes e incomodidades que al principio se pueden ocasionar por su empleo.
¿Hay estudios que corroboren que esta Terapia Hormonal Sustitutiva, que protege frente a la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares, pueda aumentar el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer como el de mama?
En modo alguno con las hormonas naturales que empleamos en Europa para estos menesteres y tampoco en los grupos etarios en los que las empleamos. No es lo mismo iniciar el tratamiento a los 63 o 65 años como equivocadamente se hizo en USA en las pasadas décadas y con hormonas sintéticas que emplear hormonas naturales y en los años de la transición menopáusica como hemos venido haciendo en Europa todos estos años.
Lamentablemente, en este apartado al menos, nos influyeron los datos de estudios americanos en absoluto extrapolables a nuestra población, mucho más joven y mejor tratada que lo que se nos decía desde el otro lado del Atlántico.
¿A qué perfil de mujer le está contraindicado? ¿Existen tratamientos alternativos?
Son muy pocos los casos en los que existe una contraindicación formal, fuera de la grave enfermedad hepática, el cáncer recién descubierto y en estudio, los antecedentes de trombosis venosas profundas y enfermedades similares…. En estos casos, no se debe iniciar la terapia hasta finalizar el estudio y en su caso tener toda la información.
Ocasionalmente, entre mujeres con sintomatología moderada, algunos productos con isoflavonas de soja podrían constituir una alternativa pero estudiando cuidadosamente en qué tipo de casos y a qué dosis concretas.
En los últimos años, se ha popularizado el consumo de isoflavonas de soja para aliviar los síntomas de la menopausia. ¿Se pueden considerar un complemento o alternativa a otros tratamientos para manejar los trastornos asociados a la menopausia?
Como señalaba su empleo tiene que ver con el consumo masivo por poblaciones asiáticas en las que la menopausia no provoca esos síntomas.
Podrían estar indicados en situaciones de sintomatología no grave, moderada y con dosis muy bien controladas. No sirve cualquier producto, ni a cualquier dosis; estaríamos mal-usando las isoflavonas y no se merecen el descrédito que últimamente padecen ante su falta de eficacia debido a su empleo indiscriminado.
Desde su experiencia, ¿qué consejos daría a las mujeres que comienzan esta nueva etapa de la vida?
Que hablen con su pareja de todo lo que les pasa con naturalidad, sin misterios y con franqueza. Que se informen con su ginecólogo de confianza; en estos años, más que nunca, tener cerca al profesional de confianza es una gran ventaja para poder asumir y enfrentar los cambios del climaterio.
Recuerden: se acaba la regla, pero la vida sigue; se modifica el cuerpo, pero no se pierde femineidad. En el pasado congreso nacional de menopausia que presidí en Bilbao, capital del mundo como se sabe, colocamos en el frontispicio del mismo un lema muy acertado en estos asuntos:”prevenir es vivir seguro”.
Usted participa como ponente en el Women 360° Congress , ¿Qué va a aportar su intervención?
Voy a tratar de atacar el tema de la fertilidad más allá de los cuarenta en una época de nuestra sociedad en la que muchas mujeres aún no han completado sus deseos genésicos o incluso no los han iniciado y otras no se resignan por el contrario a seguir siendo fértiles…..y tratan de evitar a toda costa una nueva gestación. Los ginecólogos deberemos dar respuesta diferenciada a ambos tipos de pretensión, a ambas ilusiones de cada tipo de mujer más allá de los cuarenta.
Es un reto, ¿no les parece? ¡Les espero en Women 360° Congress!