Uno de los grandes retos de la dermocosmética desde siempre ha sido alcanzar las capas más profundas de la piel. Con este objetivo nace la genocosmética.
Se trata de una tecnología capaz de encapsular aquellos ingredientes necesarios contra el envejecimiento, gracias a la nanotecnología, permitiéndole penetrar en la piel y alcanzar su objetivo.
Aunque ya hace años que se habla de nanotecnología aplicada a la cosmética, los últimos avances han permitido llegar al núcleo celular y actuar sobre el ADN gracias a la Genocosmética. Esto permite obtener una respuesta única para cada piel, incidiendo sobre el envejecimiento prematuro.
La Genocosmética permite obtener una respuesta única para cada piel, incidiendo sobre el envejecimiento prematuro.
En la pasada edición de Infarma, que tuvo lugar en Barcelona del 21 al 23 de marzo, tuvo lugar una conferencia por parte de Sesderma sobre los últimos avances en Genocosmética. Guillem Hueso, médico y miembro del Departamento de I+D de Sesderma, explicó principios básicos de la ingeniería genética que han permitido llegar a este hito, así como el proceso de encapsulación de los activos claves en liposomas. Se trata de cápsulas microscópicas que permiten mantener la estabilidad, la protección y la eficacia de esos ingredientes.
Según Hueso, los liposomas tienen una “estructura similar a las membranas biológicas”. Esto les permite acceder a capas más profundas y una liberación lenta y controlada de los activos, previniendo la oxidación y degradación de los activos. El resultado es menos concentración de activos con más eficacia. “Por ejemplo, hay pieles que no toleran bien el retinol, especialmente al principio de un tratamiento. Si con menor concentración de este activo podemos obtener la misma eficacia, tendremos menos reacciones en la piel”.
Según Hueso, tiene sentido atacar el envejecimiento desde el punto de vista genético. “Sabemos que la genética influye hasta un 60% en el proceso de envejecimiento. Cerca de 15.000 genes están involucrados en este proceso”, aseguró.
En este sentido, Ana Torrens, directora del Departamento Técnico de Sesderma, concretó en la misma conferencia la acción beneficiosa contra el envejecimiento de los factores de crecimiento. Entre ellos, el TIMP 2, que reduce el fotoenvejecimiento; el HGH, que unifica el tono de la piel; el IGF, con acción detoxificante y redensificante; o el TGF-beta2, que refuerza el sostén de la piel.
Además de los factores de crecimiento, se está abriendo varias líneas de investigación en genocosmética. Algunos ingredientes reparan el daño causado por las radiaciones UV del sol, otros ejercen una potente acción antiarrugas. Pero en general las posibilidades son enormes y abren un nuevo mundo para los tratamientos antiedad.