En las últimas décadas la sociedad ha desarrollado un creciente interés en el mantenimiento de una óptima autoimagen y la prevención del envejecimiento. Igual de intensa ha sido la preocupación por conseguirlo evitando procedimientos quirúrgicos o excesivamente agresivos y por preservar un aspecto natural, invirtiendo en innovación para el rejuvenecimeinto facial sin cirugía
Todo ello ha llevado a que se desarrollen tratamientos que basan su eficacia en estimular al propio organismo para inducir una respuesta de regeneración y una síntesis de aquello que le falta (colágeno, factores de crecimiento…). Combinando estos procedimientos de forma personalizada y en función de las necesidades de cada paciente podemos obtener resultados difícilmente imaginables hace tan solo unos años.
Entre las novedades más destacadas en este sector habría que citar las nuevas fuentes de Luz, especialmente en Luz Intensa Pulsada y láseres fraccionados.
Las primeras, a parte de eliminar manchas y capilares, mejorar la luminosidad y homogeneizar el tono de la piel han demostrado inducir la síntesis de nuevo colágeno y un “rejuvenecimiento a nivel genético” que son capaces de reducir la edad aparente en más de 10 años cuando se realizan de forma periódica.
Entre los láseres fraccionados las novedades más importantes es la aparición de equipos híbridos. A través de la inducción de “pequeños orificios” en la piel inducen reacciones de regeneración del tejido con la síntesis de nuevo colágeno que van a homogeneizar la textura, eliminar las arrugas y cicatrices en tan solo 1 sesión y con tiempos de baja social mínimos.
Para aumentar el efecto de bioestimulación en los tejidos se puede aprovehcar la propia sangre del paciente. La técnica conocida como PRP (plasma rico en plaquetas), es un extracto de factores de crecimiento obtenido de dicho fluido corporal, capaz de activar a los fibroblastos para que incrementen la producción de colágeno nuevo.
Entre los productos de relleno también han aparecido nuevas sustancias como la hidroxiapatita cálcica o el ácido poliláctico que a parte de corregir las pérdidas de volúmen ejercen ese mismo efecto ayudando a que los resultados obtenidos persistan, al menos parcialmente, una vez reabsorbido el producto.
Es en el área del tratamiento de la flacidez donde se están produciendo más avances. Para evitar pasar por el quirófano disponemos de tratamientos que aplicados precozmente nos permitirán evitar el avance del progresivo descolgamiento de los tejidos o corregirlo cuando no es muy severo. Entre esos tratamientos se encuentran los hilos tensores espiculados que son introducidos en la dermis para luego ejercer una tracción que permite retensar la zona tratada.
La radiofrecuencia, uno de los tratamientos más habituales en esta indicación puede, en la actualidad, ser aplicado directamente en la dermis profunda a través de cánulas, evitando calentar los tejidos más superficiales y mejorando así la eficiencia del tratamiento.
Con ese mismo objetivo se ha desarrollado también los Ultrasonidos microfocalizados, una técnica que se basa en concentrar la energía de estas ondas en puntos muy concretos (a nivel del músculo y dermis profunda) para inducir la contracción de las fibras de colágeno y la síntesis de nuevas fibras.
Conclusiones rejuvenecimiento facial integral sin cirugía
Combinando fuentes de luz, rellenos bioestimuladores, factores de crecimiento y sistemas de retensado de la piel a través de la estimulación de los fibroblastos podemos, si programamos los tratamientos en un orden lógico y en pacientes capaces de responder a estos estímulos, revertir de forma natural y prevenir los signos del paso del tiempo y mejorar nuestra imagen y con ello autoestima. Y todo ello sin pasar por el temido quirófano.
Escrito por Antonio Campo Voegeli. Licenciado en Medicina y Cirugía General. Doctor en Medicina Especialista en Dermatología. Socio Fundador y Director Médico de Clínica Campo-Optimage, Barcelona. Coordinador de las Unidades de Dermatología, Láser y Medicina Estética. Laclinic, Montreux. Suiza.
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