Aunque la finalidad inicial del maquillaje es mejorar la apariencia para aumentar la belleza de unas facciones, en muchas ocasiones trasciende al simple gesto estético, convirtiéndose en una eficaz herramienta terapéutica.
La medicina no puede volver la espalda a esta técnica que mejora la salud del individuo en sus aspectos psíquicos y sociales.
La historia de la cosmética demuestra que el maquillaje -esto es, la técnica que utiliza cosméticos coloreados para modificar el aspecto de la piel de un individuo- se remonta de una forma explícita a los orígenes de la humanidad:
- Desde rituales mágicos o liturgias religiosas, hasta gestas guerreras o tramas amorosas, el maquillaje se ha utilizado para parecer más bellos, enigmáticos, fuertes o, simplemente, distintos.
La repercusión psicológica
Las imperfecciones cutáneas, accesibles siempre, llamativas a menudo, desagradables frecuentemente, son una barrera hacia la calidad de vida integral, hacia la armonía psíquica.
Ansiedad, depresión, fobia social, problemas laborales y emocionales surgen en estas ocasiones con más frecuencia de la sospechada.
No sólo enfermedades como el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica o el vitiligo se enlazan con alteraciones psicológicas, sino también una larga lista de motivos de insatisfacción como cicatrices, manchas, estrías o incluso tatuajes en un primer momento deseados y más tarde aborrecidos.
Por otra parte, técnicas estéticas como láser, peelings o infiltraciones de diversos tipos producen marcas durante unos días que generalmente, se desean ocultar.
El maquillaje en estos casos se convierte en una herramienta terapéutica que mejora el aspecto cutáneo y trata posibles repercusiones psicológicas.
La elección adecuada del tipo de producto es fundamental para no empeorar las pieles enfermas y para evitar alergias o intolerancias en las sanas.
Por ejemplo nunca se deberán maquillar lesiones cutáneas infecciosas activas o supurativas, como el herpes, verrugas víricas, impétigo bacteriano o úlceras, entre otras.
Componentes de un maquillaje
Los componentes básicos de un maquillaje, tanto con finalidad puramente estética como terapéutica, son los pigmentos, que se añaden a una base de formulación y a otros aditivos.
- Pigmentos
Son los elementos que confieren el color. Pueden ser coloreados (óxidos de hierro) o blancos (dióxido de titanio, óxido de zinc). La industria cosmética en los últimos años ha desarrollado pigmentos que ejercen un efecto corrector sobre la luz y el color. Son los pigmentos fotocrómicos, capaces de reflejar la luz en múltiples direcciones, cambiando de color según las condiciones de la iluminación. Existen también pigmentos nacarados sintéticos que obtienen un resultado irisado y algunos como las partículas de
sílice que reflejan la luz de una forma tal que consiguen obtener un efecto difuminado de los pequeños defectos. - Base
Dependiendo del maquillaje que se desee formular (emulsiones, fluidos, polvos libres, compactos) se usaran aceites, siliconas, ceras y agua en diferentes proporciones. - Aditivos
Son una serie de sustancias que se incorporan a los pigmentos y a la base. Tienen diversas misiones y varían en cada maquillaje. Su objetivo es mejorar la calidad y la inocuidad de las fórmulas. Los aditivos incluyen a las cargas (aligeran y dan transparencia al maquillaje, permitiendo la uniformidad en el tono), los conservantes, los perfumes y los productos activos (filtros solares,
antiacnéicos, despigmentantes, antirradicales libres, etc).
Tipos de maquillajes
Existen gran variedad de maquillajes, de forma que se pueden adaptar a diferentes tipos de piel y estilos.
Se consiguen a base de modificar las diferentes formas galénicas. Pueden ser fluidos, en crema, compactos en crema, en polvo y correctores. Estos últimos tienen como finalidad disimular imperfecciones concretas y localizadas.
Se basa en el principio de la oposición de colores. En el maquillaje terapéutico el color verde atenúa el eritema, el amarillo las manchas azuladas y el beige en sus diferentes tonos camufla ojeras y discromias.
Profesora Titular de Dermatología de la Universidad Complutense
y Jefa de Sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de
octubre. Madrid. www.auroraguerra.com
Elena González-Guerra
Doctora en Dermatología y Médico Adjunto del Servicio de Dermatología
del Hospital Universitario Infanta Cristina. Madrid