El Doctor Xavier Caparrós, ginecólogo del Hospital Clínic de Barcelona, nos habla sobre la sequedad vaginal y algunos otros problemas para la mujer que derivan de ello. Esperamos que sea útil y de vuestro interés.
¿Qué es la sequedad vaginal?
Es un tipo de afección que es más un síntoma que un signo clínico, ya que depende de la sensación subjetiva de la paciente. Medir el nivel de flujo es muy difícil porque es una cosa muy personal. Hay mujeres que, por ejemplo, tienen mucho flujo y cuando disminuye un poco lo notan mucho.
¿Cómo se detecta?
Lo más importante es que la paciente esté atenta a las transformaciones que ha podido producir su cuerpo, como por ejemplo, un cambio en el olor del sudor o del flujo, cambios en el color o cantidad del flujo etc. Lo que tenemos que preguntarnos es si se ha modificado algo respecto a lo que estamos habituados.
Una vez detectado esto debería compartirlo con su ginecólogo para intentar averiguar el origen. Esto es imprescindible, ya que en una sola revisión, el médico no puede valorar de manera precisa lo que sucede si no tiene conocimiento de los antecedentes.
¿Y después qué?
Una vez el ginecólogo haya hablado con la paciente valorará su estatus hormonal: dependiendo del momento del ciclo puede variar la cantidad de flujo, si se encuentra en época de climaterio (todos los cambios hormonales que se producen previos a la menopausia), si hace mucho tiempo desde la menopausia, entre otros.
En segundo lugar será muy importante ver la calidad de la piel, puede estar enrojecida porque la paciente se ha rascado mucho, por ejemplo.
Finalmente, se tendrá en cuenta el estado de la flora vaginal y el PH de la zona. Hay algunas personas que presentan ausencia de flora vaginal, y por lo tanto será mucho más difícil realizar cualquier tipo de tratamiento.
Tipos de tratamiento
Dependiendo del origen de la dolencia se realizará un tipo de tratamiento u otro. Por ejemplo, en algunas ocasiones, hay suficiente con cambiar el jabón, ya que a veces, los jabones íntimos tienen un PH muy ácido, y en el caso de las mujeres menopáusicas, por ejemplo, se necesita justo lo contrario, uno que tenga el PH muy alcalino.
Hay un concepto importante llamado galénica, que son las características del excipiente que se da para vehicular una sustancia. La galénica es muy importante porque hay mujeres que necesitan una sensación de humectación y por lo tanto cremas con ácido hilaurónico que retengan el agua, otras una sensación más de crema y otras de aceite.
Hay productos que tienen hasta 4 presentaciones de galénica: crema, ungüento, pomada y espray. El principio activo de concentración es el mismo pero según lo que se quiera tratar y el tipo de paciente, la galénica tendrá que ser diferente.
Otra cosa a tener en cuenta es la tolerancia de la propia persona. Hay gente que no tolera el formato crema porque, por ejemplo, son comedogenicas.
En definitiva, cada mujer es única, así que se valorarán muchas cosas para dar con el tratamiento más adecuado en cada caso.
¿Cuáles son los cuidados necesarios para mi zona íntima?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la vagina tiene un proceso de auto limpieza, genera el flujo con el objetivo de limpiar e hidratar. Por lo tanto las duchas vaginales no serian necesarias a no ser que apareciera algún tipo de afección.
Si hablamos de la vulva es diferente, ya que es una zona expuesta al sudor, orina, roces etc. por lo que dependiendo del caso puede necesitar un tipo de atención más específica.
Ahora bien, lavarse sistemáticamente y en exceso no es del todo bueno, ya que podemos irritar y cambiar el PH de la zona. Es común que, por ejemplo, las mujeres con incontinencia urinaria se laven muchas veces a lo largo del día por miedo a desprender mal olor, y quizás lo hacen con un jabón que tienen un PH distinto al que necesitan, que lleva parabenos etc.
Yo recomiendo una limpieza normal y lo más natural posible, a no ser que haya algún tipo de afección específica.
¿Hay algún tipo de prevención?
Lo más importante es evitar agentes externos irritantes, como por ejemplo las compresas con neutralizadores químicos del olor, según que jabones íntimos etc. En muchas ocasiones es mejor utilizar una compresa sencilla compuesta por celulosa únicamente que una que sea muy sofisticada.
Antiguamente, se utilizaban remedios caseros naturales (como por ejemplo agua de tomillo con bicarbonato, el primero calmante y antiséptico y el segundo modificador del PH) que eran de gran eficacia. ¿Por qué no seguir haciéndolo hoy en día?
No siempre se necesita actuar de la mano de la química para solucionar un problema. La naturaleza es sabia y es bueno que aprendamos a escucharla.
Entrevista realizada por Adriana Pedrico de Vitae Natural Nutrition
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