Cansancio generalizado, fatiga, insomnio, dolores musculares, falta de apetito o de concentración, irritabilidad, tristeza, apatía… Estos son algunos de los síntomas que muchos de nosotros experimentamos tras volver al trabajo o a los estudios después de las vacaciones.
Se podría pensar que una época, más o menos larga, dedicada a desconectar nos serviría para volver con las pilas cargadas a nuestra cotidianidad, pero es común que suceda lo contrario. Tras algunas semanas sin horarios, reglas ni rutinas, regresar a la “normalidad” requiere un período de adaptación que puede ser difícil y al que se ha dado el nombre de síndrome postvacacional.
El síndrome postvacacional es el conjunto de síntomas que presentamos al incorporarnos a nuestra rutina después de una época de vacaciones. Se ha visto que hasta un 45% de los trabajadores lo sufren y afecta tanto a nuestro rendimiento laboral como a nuestra vida personal. ¡Hasta una semana puede ser necesaria para acostumbrarnos de nuevo a nuestro ritmo diario!
Consejos para evitar el síndrome postvacacional
Lo principal para superar el síndrome postvacacional es ser consciente de que lo que te está sucediendo es algo normal y que pasará, no es un estado permanente. Además, siguiendo los consejos que te damos a continuación, la transición entre el período vacacional y el laboral te será más llevadera:
Organízate:
al reincorporarte al trabajo o a los estudios, hazlo progresivamente. Márcate objetivos a corto plazo y prioriza, no pretendas solucionar todas las tareas pendientes el primer día. También te puede ayudar darte un período de transición entre el final de las vacaciones y el primer día de trabajo; unos días antes de volver, organiza tu agenda.
Sé positivo: la vuelta a la normalidad también tiene cosas buenas, céntrate en ellas.
Duerme bien
para no incrementar todavía más la irritabilidad y el nerviosismo es importante que descanses correctamente. Mantener unos horarios regulares y dormir las horas necesarias te ayudará en este sentido.
Cuida tu alimentación
tras algunas semanas de excesos es hora de volver a una dieta equilibrada. Las vitaminas y minerales que contienen las frutas y las verduras incrementarán tu vitalidad y el triptófano y la serotonina que puedes encontrar en frutos secos, huevos, plátanos, etc., influirán en tu bienestar. Comer poco, pero frecuentemente facilitará la absorción de nutrientes y estimulará tu metabolismo. Además, es importante evitar el café, el alcohol o el tabaco porque pueden causar nerviosismo, insomnio y, por tanto, fatiga y cansancio.
Hidrátate
beber alrededor de dos litros de agua al día te mantendrá hidratado y te ayudará a eliminar las toxinas de tu cuerpo. También puedes beber infusiones que, además de hidratarte, te aportarán otras propiedades saludables.
Haz ejercicio de forma regular
te ayudará a aliviar el estrés. Empieza de forma gradual para evitar lesiones e intenta que sean deportes que te estimulen para sentirte más motivado.
Desconecta
fuera del trabajo, reserva tiempo para hacer aquello que te gusta.
Además, si necesitas un aporte extra de energía que te ayude a mantener el ritmo en este período concreto, puedes tomar complementos a base de vitaminas, minerales y otros nutrientes que te ayudarán a reducir la fatiga y a regular tu estado de ánimo.
Y, sobre todo, recuerda: el síndrome postvacacional no dura para siempre y cuidándote un poco, ni lo notarás.
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