En los últimos años, la tendencia es de unas cejas anchas y pobladas, pero definidas. Aunque el diseño depende de la dirección del pelo, el crecimiento capilar y las facciones, la clave para conseguir unas cejas perfectas es sencilla: que guarden armonía con el rostro.
Para eso, la regla del sentido común es la que mejor funciona: ni muy largas ni muy cortas, ni muy anchas ni muy finas. Lo ideal es marcar un leve arco, rellenar las calvas con un lápiz específico del mismo color que el pelo o un poco más claro para que el resultado sea natural, peinarlas y fijarlas.